Es importante mencionar que uno de los fundamentos que sostiene la visión curricular de Colegio Los Cipreses, es el cultivo de la libertad. Y este concepto no es al azar, ya que, en el contexto educativo, la libertad surge como la capacidad de transformar al hombre en soberano de su propio destino, siendo este el motor fundamental de una existencia que puede escalar hacia el cielo.
Por lo anterior, consideramos que el conocimiento intelectual, el desarrollo de las artes, el mundo de los afectos y la sensibilidad, entre muchos otros aspectos, deben ser cultivados con el mayor grado de perfección, para que de esa forma las posibilidades de cultivar una libertad soberana pueden ser cada vez más amplias.
Desde nuestra propuesta anclada en el mundo de la fe y los valores cristianos, creemos que la más fecunda y cierta opción para aquellos que están más abandonados, es la que invita a soñar, a elevar la dignidad y darle un pleno sentido a la vida.
El verdadero servicio al que clama necesidades, oportunidades y ayuda, es el que apunta a cultivar de la forma más plena la libertad, debido a que un ser humano que recupera su LIBERTAD, es capaz de cambiar toda su vida. Nuestro proyecto apunta a formar la libertad desde la entrega más exhaustiva y sistemática de conocimientos, de bienes fundamentales y de fines de vida.
Se entenderá por autonomía la independencia de la voluntad de todo deseo u objeto de deseo y su capacidad de determinarse conforme a la ley propia que es la razón.
El concepto de resiliencia tiene que ver con la capacidad de las personas de sobreponerse a las experiencias negativas y salir fortalecidas de ellas en el proceso de superación.
Entendemos que un ideal es una idea de Dios encarnada, en una persona o en una comunidad. Cada persona es un hijo de Dios, único e irrepetible y por lo mismo encarna una idea del creador como regalo para el mundo. Por ello, esperamos que nuestros estudiantes encuentren el camino de su vocación y que este camino esté orientado por altos ideales que sean reflejo del amor de Cristo a los hombres, siendo sus educadores y familias, los llamados a presentarlos como desafíos y tareas.
El pilar fundamental de la vida de nuestros alumnos debe ser la incorporación de la fe como la piedra angular en sus vidas. El colegio entrega a sus alumnos la posibilidad de descubrir la presencia de Dios, que no es evidente a los sentidos, pero que complementa la evidencia de nuestras razón y guía nuestras acciones a través del Evangelio.